Los mejores tipos de calefacción para una oficina

Uno de los principales gastos en un edificio de oficinas es el generado por los sistemas de calefacción en invierno. En la mayoría de los casos, la energía proviene de la electricidad, ocasionando que la factura de la luz se dispare en esta época.

Para lograr una mayor eficiencia en mantener una temperatura agradable en la oficina, a la vez que se invierten menos recursos, es necesario elegir una buena calefacción. Esto va a depender principalmente de la superficie a calentar así como considerar tanto el mantenimiento como la estética.

Desde bombas de calor, sistemas integrados de aerotermia o radiadores eléctricos, hay distintas soluciones para mantener un ambiente confortable en los sitios de trabajo. Aquí encontrarás una revisión de los diferentes tipos de calefacción para una oficina y así seleccionar el que mejor se ajusta a tus necesidades.

Estufas

Este es el sistema de calefacción más clásico, en el que se usan diversos combustibles para generar calor. Las más tradicionales son las de leña, pero suelen ser las menos eficientes desde el punto de vista energético, además de que generan emisiones dañinas al medioambiente.

Para las oficinas, se puede optar por estufas de gas que funcionen con la red central o las de pellet, que son muy eficientes y ecológicas. Este tipo de calefacción funciona bien para espacios de entre 40 a 120 m².

Tienen la ventaja de que no requieren una instalación compleja, pero no es sencillo controlar la temperatura. Además, se debe surtir continuamente el combustible y el calor no siempre se distribuye homogéneamente en la habitación.

Radiadores

Son sistemas de calefacción eléctricos, en los que se calienta un líquido que posteriormente emite calor en la habitación. Estos pueden funcionar con sistemas de agua o aceite, que sirve como conductor y posteriormente emite el calor en el espacio a calentar.

Los radiadores alcanzan altas temperaturas y luego de apagarlos siguen emitiendo calor por un periodo de tiempo. Es posible conseguirlos tanto fijos, conectados a las tuberías de agua como portátiles, teniendo los más modernos sistemas de programación de temperatura y tiempo de encendido.

Uno de los más eficientes son los radiadores de aluminio, que tienen una muy buena capacidad de conducción. Estos han sido diseñados para emitir hasta un 80% del calor por convección y el 20% por radiación, ocupan poco espacio y tienen una buena estética para colocar en la oficina.

Calefactores

Se trata de equipos que producen energía calórica proveniente de la electricidad, por un sistema de convección forzada. Los mismos producen un flujo de aire caliente, el cual se distribuye en el espacio, con ayuda de un ventilador o son expulsados a través de unas rejillas.

Los más sencillos son los termoventiladores, que en su mayoría son portátiles, no requieren instalaciones especiales y suelen ser económicos. Sin embargo, tienen el inconveniente de ser algo ruidosos, no son muy estéticos, la eficiencia energética es baja y llegan a tener un alto consumo de energía.

Por su parte, los termoconvectores son sistemas más compactos, que se pueden fijar a la pared, tienen diversas potencias y los modelos más modernos son programables. Otra de sus ventajas es que no requieren instalaciones especiales, son silenciosos y producen calor de forma continua.

Bomba de calor

Es uno de los sistemas de climatización más eficientes que existen en la actualidad, para lo cual lleva la energía de un lugar a otro y así controla la temperatura. Esta máquina térmica lleva el calor de un ambiente que está más caliente a otro más frío, trabajando con sistemas aire-aire, aire-agua o de agua-agua.

La gran ventaja de este tipo de sistema, es que sirve tanto para el verano como el invierno y es altamente eficiente en el uso de la energía. De esta manera, es capaz de transformar 1 kW de energía eléctrica en hasta 3 kW de energía térmica, por lo que el consumo de electricidad es bajo.

Para instalar un sistema de bomba de calor, debes tomar en cuenta la superficie a calentar y el espacio para colocar el compresor así como los sistemas de tuberías. En las oficinas pequeñas se suelen seleccionar bombas de calor aire-aire, las cuales tienen potencias más bajas.

Para grandes superficies, son recomendables los sistemas agua-aire o agua-agua, que suelen generar una mayor potencia. Si tienes alguna duda sobre lo que más te conviene, consulta a los expertos de Tsclima.com, quienes te brindarán asesoría acerca del tipo de calefacción que más te conviene y cuentan con los mejores equipos.

Sistema de aerotermia

Si estás buscando un tipo de climatización que sea muy ecológico y sostenible en el tiempo, te recomiendo que pienses en un sistema de aerotermia. Con estos equipos, puedes tanto enfriar como calentar los espacios, además de calentar el agua para diversos usos domésticos.

Para esto, se incorpora una bomba de calor, la cual suele ser del tipo aire-agua, donde hasta el 75% de la energía utilizada se obtiene a partir del aire exterior. Por tanto, el consumo de energía es muy bajo, lográndose ahorros de hasta un 25% en la factura de la luz y de un 50% para aquellos sistemas que trabajan con combustible fósil.

Los sistemas de aerotermia cuentan con una unidad que va en la parte exterior y otra de interiores, la cual genera la energía térmica. Su instalación debe hacerse por técnicos especializados y la inversión inicial, según el tamaño del espacio a climatizar, puede ser un poco alta.

No obstante, es posible acceder a distintas subvenciones para realizar la instalación, en el marco del plan de mayor eficiencia energética y se amortiza en corto plazo, debido al ahorro en electricidad. Además, se considera un sistema que emplea un alto porcentaje de energía limpia y su impacto ambiental es muy bajo.

Suelo radiante

Este es un sistema de calefacción que se suele usar de forma complementaria, el cual te puede ayudar a reducir el uso de energía a la vez que brinda un ambiente muy confortable. Este tipo de calefacción ayuda a distribuir el calor de manera homogénea, a la vez que contribuye al ahorro en el consumo de electricidad de hasta un 20% en comparación con otros sistemas más tradicionales.

Consiste en un sistema de tuberías que se instala generalmente en el pavimento, por las cuales suele circular agua, aunque hay suelos radiantes con resistencias eléctricas. También es posible colocar este tipo de climatización en las paredes o el techo, bajo el revestimiento, siendo muy estético al quedar totalmente oculto.

Al emplear tuberías delgadas, se invierte muy poca energía para calentar el agua y se alcanzan temperaturas entre los 30 a 45° C. También sirve para el verano, ya que se utiliza la energía para enfriar el agua y disminuir la temperatura de la habitación.

La instalación de los suelos radiantes deben realizarla técnicos especializados, y conviene hacerlo durante una reforma, puesto que se debe colocar bajo el suelo o revestimiento. Igualmente, se puede combinar con otros sistemas eficientes como la aerotermia o paneles solares, a fin de alcanzar la máxima eficiencia energética.