Grados de minusvalía por sordera

La capacidad auditiva es uno de los sentidos de los que más dependemos en nuestra vida diaria y, aunque no lo parezca, la pérdida de audición es un problema mucho más común en la sociedad de lo que nos imaginamos. Sin embargo, esta problemática de hipoacusia no solo es invisible, a diferencia de otras minusvalías, sino que, además, suele ocurrir en diversos grados y, por tanto, hay partes de la población que nunca llega a sufrir un deterioro demasiado grave como para preocuparse.

Por contra, sí que existen individuos que llegan a sufrir de gran pérdida auditiva y, por tanto, pueden incluso llegar a la sordera, perdiendo muchas de las facultades más necesarias para realizar nuestras actividades en el día a día. Es por ello que, como sucede en otros ámbitos, también existe una concesión de minusvalía por sordera que nos permite acceder a ciertas ayudas económicas con las que hacernos la vida más fácil.

Si quieres conocer más en detalle en qué consiste la pérdida auditiva, qué distintos tipos y grados existen y cuáles son algunos de los síntomas o consecuencias más comunes, te explicamos todo esto, y también qué requisitos son necesarios para solicitar el certificado de discapacidad auditiva para que tengas una guía en la que basarte en el caso de que te encuentres en una situación cómo está. 

¿Qué es la hipoacusia?

Al hablar de la hipoacusia nos referimos a lo que comúnmente denominamos sordera. Este suceso puede definirse como la disminución de la capacidad auditiva o de la sensibilidad de escucha que afecta a nuestros oídos. Este trastorno auditivo puede darse en cualquier persona en cualquier momento de su vida, independientemente de la edad o de si ha habido o no causas graves para su aparición.

Esto significa que, pese a que en algunas ocasiones, esta sordera puede desarrollarse como consecuencia de una lesión, una contusión o el propio proceso de envejecimiento; en otras ocasiones está también puede surgir en niños, adolescentes o adultos sin ninguna causa más que un simple deterioro del oído.

Por ello, se dice que existen distintos tipos de hipoacusia: la neurosensorial, la conductiva y la mixta. Además de estos tipos, cada una de ellas puede afectar únicamente a uno de los dos oídos, lo que se conoce como hipoacusia unilateral, o a los dos, la hipoacusia bilateral. Estas, además, pueden ser leves, moderadas, severas o profundas en función del grado de sordera que se sufra.

Dependiendo del tipo de sordera será posible percibir unos sonidos u otros, entender en mayor o menor medida las conversaciones e, incluso, tener algún tipo de dolencia o de síntoma. Una consecuencia directa de todo esto es que, cuando esta falta de capacidad auditiva se lleva a un grado extremo, se puede entender como una minusvalía más. 

Grados de hipoacusia o minusvalía por pérdida auditiva

Como acabamos de mencionar, es posible referirnos a diversos grados de sordera dependiendo de cuánto seamos capaces de escuchar y cuánto simplemente no tengamos la capacidad de oír. Por ello, se puede distinguir entre cinco grados distintos:

  • Hipoacusia leve: En este caso la pérdida auditiva oscilará entre los 20 y 40 decibelios. La mayor característica de este tipo de sordera es que un individuo puede padecer escuchando conversaciones, por ejemplo, en lugares demasiado abarrotados, ya que parte de este tipo de sordera es que algunos sonidos no demasiado claros se difuminan entre el resto.
  • Hipoacusia moderada: Hablamos de una pérdida de entre 40 y 70 decibelios. La persona tendrá más dificultad para participar en conversaciones normales, pues no será capaz de escuchar el sonido de las voces con facilidad.
  • Hipoacusia severa: La pérdida en esta situación ronda entre los 70 y los 90 decibelios y cualquier persona que la sufra únicamente podrá tener conversaciones a menos de 30 centímetros de distancia y a un tono muy superior al habitual.
  • Hipoacusia profunda: Esta es la pérdida de audición que supera los 90 decibelios. En este caso, las personas que lo padecen únicamente podrán oír sonidos ambientales, en cuyo caso el audífono le será prácticamente inútil.
  • Cofosis: Se trata del caso más extremo en el que la persona ha quedado totalmente sorda y no es posible oír absolutamente ningún tipo de sonido, ni siquiera con ayuda de los audífonos. 

Tipos de hipoacusia

Ahora bien, una vez habiendo entendido los distintos grados que pueden sufrirse de sordera, también es muy importante hablar de los tipos de hipoacusia que existen; pues estos se diferencian entre distintos síntomas o motivos, tal y como lo exponemos continuación:

  • Sordera congénita: Hace referencia al tipo de sordera parcial o total que se presenta en el individuo desde el momento de su nacimiento o antes de los primeros seis meses de vida. Por lo general, este tipo de sordera se desarrolla por malformaciones durante el desarrollo del bebé dentro del útero o por posibles mutaciones en los genes una vez que este comienza a desarrollarse fuera. También puede suceder que esta sordera sea herencia por parte de alguno de los padres.
  • Hipoacusia conductiva: Este otro grupo da nombre a cualquier sordera que se conoce como de transmisión y que sucede a causa de cualquier alteración que se haya sufrido en el oído, ya sea en el externo o en el medio, en función de si el problema ha sido leve o severo. Esta puede derivar de infecciones en el oído o por golpes o lesiones en el pabellón o conducto auditivo externo, además de por algunas enfermedades degenerativas.
  • Hipoacusia neurosensorial: Conocida popularmente como sordera nerviosa, esta suele darse en el oído interno en diferentes grados y puede afectar únicamente uno de los oídos o a ambos. Las causas para este tipo de sordera pueden ser tanto congénitas como adquiridas; es decir, las que se presentan ya en los bebés y las que se desarrollan tras haber sufrido traumatismos, exposición constante a ruidos fuertes o a cualquier tipo de enfermedad bacteriana grave. 
  • Sordera súbita: Como su nombre indica se trata de aquellos casos en los que tanto uno como los dos oídos han quedado permanentemente dañados. Aunque, por lo general, resulta muy difícil determinar cuáles son las causas que no van asociadas a golpes o traumatismos, también pueden darse debido a enfermedades como la esclerosis múltiple, la enfermedad de Ménière y otros trastornos neurológicos, además de por lesiones o enfermedades infecciosas.

Dicho esto, es muy importante saber que, en muchos casos, esta sordera puede prevenirse, o al menos descubrirse, con antelación para evitar que vaya a mayores. De esto pueden encargarse clínicas especialistas en las que realizarse análisis para descubrir las causas de la sordera. Además, en centros especializados como en https://www.audifono.es/ cuenta con una gran variedad de audífonos para poder utilizar en el caso de que quieras adquirir estos dispositivos para poder ser capaz de escuchar lo mejor posible.

Tratamientos para la sordera

Es importante conocer que, pese a que en muchas ocasiones esta pérdida auditiva es irreversible, en otras es posible no solo prevenirla, sino también tratarla para que pueda resultar lo menos incómoda posible.

Por ello, existen diversos tratamientos de la hipoacusia en función de las sorderas que hemos mencionado anteriormente:

  • Sordera congénita: A la hora de hablar sobre cómo detectar, prevenir y tratar la sordera en el caso de los individuos con sordera congénita, como suelen ser los niños, es un proceso que resulta extremadamente importante, ya que si se detecta a una edad temprana es posible que se puedan desarrollar las capacidades suficientes como para recuperar un poco la audición, además de que resultará muy importante para que el niño sea capaz de desarrollar el lenguaje de forma ágil.
  • Sordera neurosensorial: En esta situación será muy importante determinar si se padece la sordera en un oído o en ambos, y el grado, para poder tratar el caso de forma aislada. Una prótesis auditiva puede resultar la mejor opción. 
  • Sordera conductiva: Si hablamos de una hipoacusia leve o moderada, entonces las prótesis auditivas pueden resultar la solución más adecuada para ejercitar el oído y prevenir una pérdida mayor, aunque también se puede recurrir a los implantes de conducción ósea o a los implantes cocleares. 

Incapacidad laboral por hipoacusia

Teniendo en cuenta todo lo que hemos mencionado anteriormente respecto a los tipos de sordera, a día de hoy es posible encontrar la pérdida auditiva dentro de la categoría de invalidez permanente laboral. Sin embargo, para poder recurrir a esto es necesario que se lleven a cabo distintas pruebas auditivas, así como una valoración por parte de profesionales que determinen que el individuo cumple con los siguientes requisitos para que se le conceda esta invalidez laboral:

  • Lo primero y más importante es tener en cuenta si esta pérdida auditiva afecta directamente al empleado en su trabajo. 
  • Para asegurarse de que está sordera persiste se debe de llevar a cabo la aplicación de distintos tratamientos médicos para evaluar al solicitante.
  • Se debe de considerar que el trastorno auditivo es totalmente permanente y no transitorio.
  • Asimismo el porcentaje de discapacidad de este individuo tiene que ser como mínimo del 33%.
  • Es necesario que el interesado se someterá voluntariamente a las pruebas auditivas en las que se medirá su nivel de escucha y se evaluará su hipoacusia.

Es importante destacar que el reconocimiento de cada individuo le compete a cada autonomía en función de sus especificaciones, sin embargo el resultado tendrá validez en todo el territorio español conforme indica la página 72 del BOE. En ella, además, se establece la tabla con los valores que corresponden a cada grado de minusvalía por pérdida auditiva.

Una vez determinado el nivel de hipoacusia que sufre el individuo, entonces será posible solicitar esta incapacidad laboral, entre las cuales, dependiendo del nivel de sordera, podrán solicitarse la incapacidad laboral parcial, total o absoluta.

De igual manera, existe la posibilidad de obtener una indemnización en el caso de que esta pérdida auditiva haya sucedido como causa directa de un accidente laboral.

Cómo conseguir el certificado de discapacidad auditiva

Una de las preguntas más habituales que se hacen todos aquellos que sufren de este tipo de hipoacusia es la de cómo es posible conseguir este certificado para acreditar de cara a las instituciones esta minusvalía. 

En este caso, se deberá proceder de la siguiente forma: acudir al Ayuntamiento de la Comunidad Autónoma en la que se viva y solicitar el asesoramiento pertinente respecto a la información y el papeleo necesario. Durante todo este proceso, el paciente será valorado mediante distintos análisis médicos que determinarán el tipo de falla auditiva y el grado al que corresponde dentro de las distintas variaciones. 

Por lo general, la documentación necesaria para emitir a este organismo consta de: un informe médico en el que se estipula el tipo de problema auditivo del que se padece; el certificado de empadronamiento; y el documento de identidad nacional del interesado.

Una vez resuelto el proceso médico, los organismos de Sanidad serán los encargados de valorar en detalle el caso, y emitirán un veredicto que determinará si el individuo puede o no acceder a este certificado de discapacidad auditiva. Será el organismo mismo el que se pondrá en contacto con el paciente para comunicarle los pasos a seguir de ahí en adelante en la obtención de su certificado. 

Ventajas de la concesión de minusvalía por sordera

Una vez obtenido el certificado de discapacidad auditiva es posible acceder a numerosos beneficios para las personas con hipoacusia, ya que este certificado no solo acredita una forma legal sus derechos, sino que también les proporciona la capacidad de acceder a numerosas ayudas económicas, prestaciones sociales, productos y también a muchos otros recursos de accesibilidad varios e incluso de apoyo educativo que pueden resultar muy útil para solventar pequeños problemas en el día a día.